Sacramento, California. Me vine muy joven de México y desde el 88 comencé en el activismo por un México mejor. Me involucré en la campaña del voto ausente 2000. Le pedimos poder votar al presidente Zedillo y nos lo negó y le pedimos a Vicente Fox, e igualmente nos dijo que no.
Justamente en ese 2000 recuerdo que hicimos un trabajo organizativo con algunos compañeros en el área de Fresno, en el Valle de San Joaquín donde radica más de un millón de mexicanas y mexicanos migrantes. En nuestra desesperación empezamos a hacer el voto simbólico, empezamos a hacer casillas porque ellos decían que todo salía muy caro. Nosotros les demostramos lo contrario.
Fuimos a los lugares donde había cajas de cartón. Las cortamos, las pintamos y creamos nuestras propias urnas. Hicimos todo el proceso y levantamos actas. Posteriormente ideamos una mejor estrategia: nos fuimos a votar a la frontera, a Tijuana, México.
Organizamos el viaje en dos autobuses con personas que tenían los documentos en regla para cruzar la frontera. Los autobuses no cruzaron, los dejamos de este lado, pero nosotros cruzamos, como no tenía mi credencial de elector no pude votar. Las personas que llevamos sí pudieron hacerlo.
Un compañero, Leonel Flores, se encargó de las casillas electorales del voto simbólico. Lamentablemen el el tiempo se va y perdimos a dos compañeras muy valiosas que nos apoyaron en esa época. Una de ellas fue María Luisa Ramírez, mi amada y querida esposa. No están más aquí en la batalla por los derechos de mexicanos y mexicanas en el exterior.

Por ello, considero que el voto que hoy se exige no es una concesión, sino un “voto maduro” y un acto de justicia a aquellos que han dado su vida por este derecho. Exigimos que todos estos “candados” que nos han bloqueado sean por fin eliminados y tirados al basurero de la historia. El INE nos bloquéo siempre.
En el 2018 cuando teníamos la certeza de que podríamos votar fuimos testigos de las deficiencias. Recuerdo que mientras los activistas informábamos a los connacionales que en el consulado de Fresno podían tramitar su voto, el personal de esa oficina de gobierno les decía que no, que había muchas personas en la sala y que no podrían tramitar sus credenciales de elector.
Nos contradecían. Nosotros diciéndoles en la misma sala del consulado que podrían votar, y la otra parte formada por el personal oficial les decía que no. Y el día de la votación llegó y el resultado de esa gestión “mañosa” del INE de aquel tiempo llevó a que cientos de mexicanos se quedaran sin votar.
Pero afortunadamente los tiempos han cambiado y ahora queremos que, si la voluntad política existe, sea momento de que la infraestructura nos alcance. La propuesta es clara y la apoyo firmemente: instituir el voto electrónico desde los Estados Unidos. Si adoptamos un sistema digital seguro, el problema dejará de ser la logística física, como las urnas o las papeletas electorales.

Originario de Guanajuato. A la edad de 14 años se va a La Paz, Baja California Sur, Mexico y a los 17 años decide emigrar a Estados Unidos. Participó en la lucha del líder campesino César Chávez y se dio de voluntario en la primera radio campesina del movimiento chavista. A partir de 1988 comienza su preocupación por el Mexico del cual se alejó y comienza su activismo; se une con más compañeros y empezaron a realizar protestas afuera del consulado de Mexico en Fresno, California con la exigencia de justicia y democracia para México bajo el lema “muera el PRI”.

