Madre mexicana con hijo autista clama por apoyo tras 30 días detenida por ICE en Los Ángeles

Lizeth Bazán, una ciudadana originaria de la Ciudad de México con 25 años de residencia en Estados Unidos, es madre de un jovencito autista nacido en ese país. Ella se presentó en una audiencia pública consular buscando auxilio tras haber sido detenida por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE por siglas en inglés), durante treinta días.

La detención ocurrió el 7 de julio en la ciudad de Downey, del estado californiano, en un mercado llamado Amapola, mientras ella iba a dejar latas de reciclaje. Bazán relató que fue detenida y esposada por tres personas —un latino, un americano y un asiático— quienes la trasladaron en una de tres camionetas de color gris, sin insignias visibles.

En el momento de su detención Lizeth fue informada de que sabían que era ” residente ilegal” y fue conducida a un edificio local donde permaneció dos días antes de ser trasladada a Adelanto, California, donde estuvo encerrada por treinta días exactamente.

Actualmente, la mexicana tiene colocado un dispositivo GPS de monitoreo y está llevando a cabo un procedimiento contra la deportación, pues a diferencia de muchos detenidos, no firmó su salida voluntaria. Su próxima cita de migración con el juez está programada para marzo 2026.

Ella explicó entre sollozos la gravedad de su situación debido a que tiene un hijo de 19 años que es autista (a quien describió como un “niño especial”), y por las condiciones de su liberación condicionada a portar el dispositivo señalado y le es imposible trabajar.

Ante el consulado, presentó dos peticiones: primero, solicitó ayuda para cubrir una deuda de quince mil dólares que tiene pendiente con su abogado, Michael Jurado; facilidades para obtener el pasaporte mexicano que las autoridades migratorias le están solicitando.

Explicó lo complicado hasta el borde de lo imposible que para ella es realizar ese trámite debido a que en la situación en que está, hacer una cita telefónica para realizar esa gestión se limita por la obligación a permanecer en casa para recibir visitas y llamadas de monitoreo; pidió para ello hacer una cita en un día y horario específico.

El cónsul general, Carlos González Gutiérrez, lamentó la situación de Lizeth y celebró que estuviera peleando contra su deportación. Se comprometió a prestarle ayuda, ofreciéndole procesar su pasaporte ese mismo día si traía los documentos necesarios.

Además, debido a la imposibilidad de trabajar, le ofrecieron “algún apoyo” económico y le indicaron que debía pasar al Departamento de Protección para conversar con el cónsul adjunto o el personal sobre las condiciones en que habrá de darse ese respaldo económico .

El consulado aseguró que la ayudaría en lo posible y la acompañaría en el proceso contra su deportación. Finalmente, se le solicitó registrar su nombre y teléfono con el Cónsul Alterno Miguel Soto para asegurar el seguimiento de su caso.