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Buenos Aires, Argentina. Una nueva iniciativa política y diplomática, autodenominada “El Nacimiento del Soberano”, ha irrumpido en la escena internacional con una ambiciosa propuesta que busca empoderar a los pueblos y promover la autodeterminación a nivel mundial, con un enfoque particular en Iberoamérica. Sus promotores anunciaron una serie de acciones y encuentros clave, incluyendo notificaciones a cancillerías y organismos internacionales, y un llamado directo al Vaticano para interceder en conflictos globales y en la crisis migratoria.

La iniciativa se presentó formalmente ante el Ministerio de Relaciones Exteriores en Argentina y se notificó a funcionarios en México, entre ellos Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de asesores de la Presidencia de la República Mexicana. “El Nacimiento del Soberano” se define como un “sujeto político histórico que pone la soberanía popular en el centro” y busca ser una expresión de “autodeterminación de los pueblos”, sin “seguir estirando la agonía de las inmensas mayorías en el concierto internacional”.

Uno de los pilares de su estrategia es un “memorándum de entendimiento” que será compartido con el Vaticano, con el objetivo de establecer reglas para el empoderamiento y la autodeterminación de los pueblos. Entre los puntos cruciales de este memorándum, se destaca la urgente necesidad de “detener las guerras en el mundo”. Se hace un énfasis especial en la situación de Gaza, calificando las acciones del sionismo como un “genocidio que no podemos permitir que siga siendo algo más del paisaje”, y también se menciona el conflicto en Ucrania.

Otro objetivo fundamental es que el “aparato financiero internacional deje de someter a los pueblos” y se ponga a su disposición. Los promotores abogan por un mercado que no sea un “Dios invisible y muy cruel que rige nuestros destinos”, sino que las finanzas estén “al servicio de los pueblos como nunca debió de dejar de ser”. Buscan terminar con la dependencia que han generado entidades como el Fondo Monetario Internacional y las “luchas interimperiales” que afectan el desarrollo y el acceso a la tecnología.

En el ámbito interno de Argentina, la iniciativa ha presentado un proyecto de “reformas soberanas” ante el Congreso de la Nación, calificándolo como una “revolución de la subjetividad de los pueblos”. Este proyecto busca llenar el “vacío de representación” en el país (que alcanza el 50%) con “activistas de primera línea” que integren una agencia territorial para defender cuestiones soberanas relacionadas con el Atlántico Sur, los pasos bioceánicos y la Antártida. Se critica duramente al actual gobierno, señalando que “Miley nos está poniendo en un brete, nos está llevando al abismo prácticamente en una desintegración nacional”.

La propuesta también aborda la situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, haciendo un llamado al Papa Francisco, o al nuevo Papa, para que interceda en este “conflicto”. Se subraya que migrar es un “derecho humano” y que los migrantes “merecen tener las garantías como cualquier pueblo y como cualquier ciudadano en el mundo”. Esta postura se sostiene en la preexistencia de comunidades y una “filosofía común” que hermana a los pueblos desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Para avanzar en estos propósitos, se planean varios eventos: una exposición en Montobank en la tercera semana de octubre y un congreso internacional en Francia con la Universidad de la Teroxitaní. En estos foros, se espera desplegar su “militancia”, afirmando que “no vamos a pedir permiso, sí notificamos pero no pedimos permiso cuando entendemos que ya esto tenemos que pararnos por arriba de esta de esta crisis civilizatoria política financiera institucional de las democracias en el mundo”.

“El Nacimiento del Soberano” declara que ha llegado el momento de “ya no delegar más la política interna ni externa” y de ser un “sujeto histórico que no delega sino que ejecuta políticas soberanas”. Su visión es un “nuevo contrato social para la humanidad”, donde se garantice un mínimo del 50% de participación de las comunidades en las riquezas. Afirman que “no hay humanidad posible en este colapso” y proponen un horizonte donde “el hombre no sea el lobo del hombre sino su compañero y su hermano”.

Esta iniciativa se presenta como un intento de reconfigurar las dinámicas de poder global, buscando que las “ideas superen a las descalificaciones” y la “honradez supere la corrupción”, canalizando la voluntad de los pueblos de manera directa.