Donald Trump ha firmado una directiva secreta que autoriza el uso de fuerza militar contra cárteles de la droga en Latinoamérica, una movida que redefine la “guerra contra el narcotráfico”.
La decisión, que ha sido condenada por líderes regionales, podría tener implicaciones devastadoras en países como México, Venezuela y El Salvador.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado la medida, enfatizando la soberanía de su país y sentenciando que “Estados Unidos no va a venir a México con los militares”.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó la directiva como una “clara agresión”.
Analistas geopolíticos advierten que esta estrategia, que otorga a los militares el rol de “policía internacional”, podría ser un pretexto para intervenciones y socavar la cooperación bilateral, recordando el fracaso de la militarización en la región y el peligro de una “carnicería para la población civil”.