La semana concluyó con un respiro para México en la esfera comercial, al anunciar la presidenta Sheinbaum una prórroga arancelaria de 90 días, evitando así la amenaza de un incremento del 30 por ciento en diversos productos, incluido el acero, que se esperaba para el 1 de agosto.

Este acuerdo de tregua, producto de una llamada telefónica de 40 minutos con el presidente Trump, busca mantener un diálogo continuo y la construcción de un acuerdo de más largo plazo entre ambas naciones. La presidenta destacó la importancia de mantener la calma y la cabeza fría durante las negociaciones.

A pesar de esta prórroga, los aranceles ya existentes para el sector automotriz, así como para el acero y el aluminio, se mantienen sin cambios. Un punto crucial del acuerdo es la salvaguarda del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), lo cual es fundamental considerando que un 25 por ciento de las tarifas o aranceles se aplican a todo aquello que no está cubierto por el TMEC.

México, según el canciller Juan Ramón de la Fuente y el titular de Economía, Marcelo Lebrad, ha logrado un avance significativo y una posición privilegiada en el actual orden comercial mundial, manteniendo una mesa de diálogo y negociación permanente con el equipo estadounidense.

La situación de México contrasta notablemente con la de su vecino del norte, Canadá, que no corrió con la misma suerte.

Mientras México obtenía esta prórroga, Canadá se vio afectado con la imposición de un arancel del 35 por ciento sobre sus productos exportados a Estados Unidos, a partir del 1 de agosto.

Este escenario subraya la percepción de que México ha logrado el “mejor acuerdo posible” en comparación con otras naciones, consolidando su posición en el panorama comercial internacional.

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