Servicio público, no negocio.

Los Ángeles, California. El cónsul general de México en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez, ofreció una detallada explicación sobre la estructura financiera y la generación de ingresos de los consulados mexicanos, abordando una pregunta directa de un activista de la comunidad sobre por qué, a pesar de los cobros por servicios como pasaportes y matrículas, persisten problemas de tiempo de espera y personal insuficiente.

En el “Lunes de consulado abierto” González Gutiérrez desmintió la percepción de que los consulados operan como negocios lucrativos, es más la gran mayoría de ellos funcionan “en números rojos” si se les considerara como un negocio tradicional.

Explicó que los consulados no son meras “máquinas de hacer dinero” a través de la venta de documentos, sino que también cumplen funciones de promoción de negocios, proyectos culturales y organización comunitaria, actividades que resultan costosas. Además, mantener instalaciones lo suficientemente grandes para atender a la numerosa comunidad migrante “lo que implica un gasto significativo”.

En su experiencia, es excepcional que un consulado genere más ingresos de los que consume, considerando salarios, gastos operativos y alquileres.

El cónsul detalló que el sistema se compone de dos cuentas financieras distintas, que describió como “agua y el aceite” por su imposibilidad de mezclarse.

  • La primera cuenta es la que recibe los ingresos de los trámites consulares (pasaportes, matrículas, actas de nacimiento). Este dinero se deposita diariamente y se envía directamente a la Tesorería Federal de México. Los empleados consulares son responsables de cualquier déficit en esta cuenta. González Gutiérrez enfatizó que “todo lo que desde afuera se ve como ingreso se va directo a México a la tesorería” y que el consulado no puede tocar “ni un quinto” de esos recursos.
  • La segunda cuenta es la destinada a los gastos de operación del consulado, que incluyen los salarios del personal local, el mantenimiento del edificio, la gasolina de los vehículos, entre otros. Los fondos para esta cuenta son enviados por el gobierno de México.

Recalcó que el presupuesto para la operación de los consulados es aprobado anualmente por los diputados en México. A menudo, estos recursos no llegan de manera inmediata, sino con una programación que no siempre les comparten.

Agregó que para financiar proyectos grandes, como eventos o programas de becas, los consulados suelen recurrir a la procuración de fondos externos, ya que no pueden utilizar el dinero recaudado por los trámites consulares.

El cónsul subrayó la responsabilidad en el manejo de estos fondos, que provienen de los contribuyentes mexicanos, y reafirmó la total separación entre ambas cuentas para asegurar la transparencia.

En tanto, la senadora Karina Ruiz, señaló la necesidad de revisar procedimientos para que un porcentaje justo de los ingresos por trámites consulares puedan regresar a los consulados, a fin de mejorar los servicios y contratar más personal, calificando la situación actual como un tanto injusta.

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