Ciudad de México. A pesar de que los estados fronterizos son el origen de la mayor parte de las exportaciones mexicanas, su economía no muestra, hasta el momento, un impacto evidente por la relocalización de las cadenas de suministro, el llamado nearshoring llegó acompañado de incertidumbre arancelaria, lo que que lleva a empresas y empresarios a esperar, antes de tomar decisiones de inversión.

El doctor James Gerber, investigador del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego (UCSD), presentó avances de sus investigaciones en la conferencia “Economía de la Frontera” impartida vía virtual la semana pasada en la Cámara de Diputados, a instancias de la diputada federal Julieta Villalpando Riquelme (Distrito 6, Edomex, Coacalco de Berriozabal).

El doctor Gerber advirtió que hay un patrón mundial de desindustrialización, donde el porcentaje del empleo en el sector manufacturero disminuye, lo que también se observa en México donde la tendencia apunta a estancarse en torno al 19-20 por ciento.

Esto sugiere, continuó el especialista, que la estrategia de desarrollo económico basada en el crecimiento manufacturero, que fue exitosa para los “pequeños tigres asiáticos” en décadas pasadas, “probablemente está agotada” para países de ingresos medios como México. Esta tendencia se debe a la automatización y el uso creciente de robots y maquinaria, que permiten una mayor producción con menos mano de obra.

Consideró “muy pequeño” y localizado el beneficio que tendrán las tasas arancelarias en la economía estadounidense, pero el impacto agregado general será negativo. La sospecha de Estados Unidos de que la producción china en México busca aprovechar los acuerdos comerciales es un verdadero obstáculo.

Se fortalece el sector de servicios

Históricamente, los servicios tienen menor productividad por persona y son difíciles de escalar, pero en México su crecimiento es mucho mayor que la manufactura. Además, los servicios requieren mucho menos consumo de energía y agua por unidad de valor agregado, una ventaja crucial para los estados del norte de México.

Para el doctor Gerber la pregunta clave es si los servicios pueden convertir a un país en uno de altos ingresos. La respuesta “no se sabe”, pero hay mucha atención global en este tema debido a la desindustrialización.

Entre las claves para el desarrollo de servicios (especialmente en la frontera), destacó la exportabilidad en servicios como el turismo médico, la gastronomía y el turismo, que son ejemplos de “exportaciones” cuando visitantes de Estados Unidos consumen estos servicios en México.

Otra clave es la satisfacción del requerimiento de inversión en capital humano, incluyendo educación en universidades y escuelas técnicas para desarrollar talento científico y de ingeniería.

En el tema de digitalización es fundamental invertir en infraestructura como la banda ancha y capacitar a las personas para utilizarla, dado que la tecnología de información y comunicación (ICT Revolution) es esencial para exportar servicios.

Región dinámica

La frontera México-Estados Unidos, de 3 mil kilómetros, es un espacio dinámico donde habitan más de 15 millones de personas, con constante interacción económica, social y cultural binacional. Anualmente, se registran más de 180 millones de cruces regulares por tierra de México a Estados Unidos, y aproximadamente el 80 por ciento del comercio bilateral se realiza en puentes fronterizos. Este intercambio genera millones de empleos en ambos países y fomenta el desarrollo industrial y tecnológico. Las comunidades comparten vínculos e identidad cultural.

Por ello la migración y seguridad transfronteriza son problemas complejos que requieren una mejor gestión, y el doctor Gerber sugiere modelos de organizaciones intergubernamentales con igual autoridad, como la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA/IBWC), para abordarlos como socios.

Por otra parte, las colaboraciones informales entre grupos de la sociedad civil y empresarios, como la Smart Border Coalition, son exitosas porque ven la ventaja directa de la colaboración. El concepto de “paradiplomacia” (diplomacia entre gobiernos subnacionales) es relevante, aunque tiene límites formales en Estados Unidos.

Oportunidades a la vista

El impacto de la inteligencia artificial (IA) en la fuerza laboral es incierto, con un amplio rango de pronósticos, pero la IA se considera clave para vender servicios a distancia.

Existe la posibilidad de exportar servicios como enfermería y de mantenimiento de hogares en Estados Unidos mediante permisos de trabajo formal, impulsado por la fuerte demanda y escasez de mano de obra.

Ello obedece a que las tendencias demográficas, como el envejecimiento de la población estadounidense y la escasez de mano de obra, abren la puerta a acuerdos migratorios y oportunidades en la “economía del cuidado”, como la asistencia a adultos mayores en la frontera.

Verified by ExactMetrics