Ciudad de México / Washington DC. La relación bilateral entre México y Estados Unidos ha sido puesta bajo escrutinio tras una polémica comparecencia en el Senado estadounidense, donde la fiscal general Pam Bondi criticó la ayuda mexicana en la lucha contra el narcotráfico, particularmente el fentanilo.
El incidente ocurrió el 25 de junio, durante un panel en el Senado de Estados Unidos sobre el presupuesto destinado a migración. El senador Lindsey Graham preguntó directamente a la fiscal Bondi: “¿México nos está ayudando con el problema de la droga?”. La respuesta inicial de la fiscal fue que “esa podría ser una conversación que pues sería mejor eh tenerla en un entorno clasificado”. Ante esto, el senador Graham afirmó públicamente: “no lo están haciendo”, dando a entender que México no estaba cooperando lo suficiente.
La fiscal general Bondi continuó sus declaraciones lamentando que jóvenes estuvieran muriendo a causa del tráfico de fentanilo, y señaló que México no estaba “jugando de una manera suficientemente favorable” a las políticas de Estados Unidos. Acusó al Cártel de Sinaloa de causar “muchísimo daño” y muchas muertes en Estados Unidos por intoxicación y sobredosis de esta sustancia adictiva, sugiriendo que México debía “cambiar el juego” o la manera en que estaban actuando.
Estas declaraciones generaron una fuerte controversia, especialmente cuando la fiscal general llegó a comparar a México con naciones consideradas adversarias de Estados Unidos, como Irán, China y Rusia. Esto contrasta con una declaración anterior de la misma vocera del Presidente Donald Trump, quien semanas antes había mencionado lo contrario, que la contribución de México había posibilitado la disminución en los decomisos de esta sustancia.
En respuesta a estas afirmaciones, la presidenta Claudia Sheinbaum fue interrogada al día siguiente y, aunque reconoció que la fiscal general Pam Bondi “no estaba bien informada” sobre los avances en seguridad y el próximo acuerdo en Washington, enfatizó la postura de su gobierno: “México siempre va a estar en disposición de cooperar pero nunca de subordinarse”. Este punto fue dejado muy claro, reafirmando la soberanía del país.
Desde el poder legislativo mexicano, el presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, calificó de “profundamente injusta” la determinación de la fiscal estadounidense de incluir a México en la lista de adversarios. Noroña destacó que México es el “principal socio comercial” de Estados Unidos y que existe una “permanente comunicación y coordinación” entre ambas naciones. Subrayó que no ven una razón para incluir a México en dicha lista, ya que esto “pone en tensión las cosas”, y reiteró que México es un “país independiente y soberano en el que manda el pueblo y nadie más”.
Aunque este tema ha sido el “más controversial” en la relación bilateral esta semana, las declaraciones ocurren en un contexto en el que Estados Unidos está “más bien inmerso en el tema de la guerra entre Irán e Israel”.